La UCR entra en zona de definiciones: falta de candidatos y negociaciones a contrarreloj para su nueva conducción.
La Unión Cívica Radical atraviesa uno de los momentos más sensibles de su vida interna. Con el mandato de Martín Lousteau próximo a finalizar el 15 de diciembre, el Comité Nacional fue convocado para el día 12 con el objetivo de renovar la cúpula partidaria. Sin embargo, la discusión sobre quién tomará las riendas del centenario partido todavía está lejos de resolverse.
Un proceso de unidad que avanza con lentitud
Dentro del radicalismo admiten que la construcción de una propuesta unificada recién comienza a tomar forma. Dirigentes de distintos sectores coinciden en que el acuerdo es indispensable para evitar que la interna profundice la fragmentación que dejó la última etapa electoral.
Pero detrás de ese consenso aparece un factor inesperado: nadie quiere presidir el partido. El desgaste acumulado por derrotas consecutivas, posiciones cruzadas frente al Gobierno nacional y fracturas legislativas dejó a los principales referentes en actitud defensiva, más concentrados en su territorio que en asumir un rol nacional.
El impacto del avance libertario
El panorama se volvió aún más incierto con el salto de algunos diputados radicales hacia La Libertad Avanza. La decisión de Mariano Campero, Luis Picat y Federico Tournier de incorporarse al oficialismo libertario, luego de conformar un bloque autónomo, expuso nuevamente las dificultades del partido para fijar una estrategia común frente al gobierno de Javier Milei.
Esa fuga aceleró las presiones para definir un liderazgo sólido capaz de ordenar posiciones y reconstruir un proyecto opositor o, al menos, una identidad propia dentro del nuevo mapa político.
Valdés, el nombre que todos mencionan… pero que no confirma

Entre los distintos sectores aparece un favorito: el gobernador de Corrientes, Gustavo Valdés. Su perfil dialoguista, su rol en el armado de Provincias Unidas y sus vínculos fluidos tanto con dirigentes federales como con gobernadores cercanos a la Casa Rosada lo posicionan como un punto de equilibrio posible.
En la estructura partidaria aseguran que, si él diera el paso, las condiciones internas se acomodarían rápidamente. Incluso evalúan alternativas para habilitarlo orgánicamente en el Comité Nacional.
Sin embargo, en el entorno del mandatario correntino repiten que no está dispuesto a asumir la presidencia en este contexto, marcado por disputas internas, incertidumbre estratégica y un partido aún sin rumbo definido.
Otros nombres en silencio

El santafesino Maximiliano Pullaro tampoco muestra entusiasmo. En Jujuy, el hermetismo rodea al gobierno provincial y descartan cualquier regreso a la escena nacional de Gerardo Morales. Aun así, dentro de Provincias Unidas aseguran que presentarán un candidato propio.
Cuenta regresiva
A menos de dos semanas del encuentro del Comité Nacional, la UCR encara una carrera contra el reloj y contra sí misma. La conducción que surja deberá hacerlo bajo un acuerdo amplio que permita reordenar al partido en un escenario político donde su rol vuelve a estar en discusión.
La pregunta que sobrevuela en todas las mesas radicales es la misma: ¿quién estará dispuesto a pagar el costo de conducir un partido que aún no decide cuál quiere ser?
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