Los gobernadores del PJ impulsan una reestructuración del bloque para limitar el rol del kirchnerismo y evitar una ruptura interna en Diputados.
La interna del peronismo volvió a tensarse en el Congreso. Con el nuevo escenario político que dejaron las elecciones de medio término, los gobernadores del PJ aceleraron su presión para modificar la conducción del bloque de Unión por la Patria en la Cámara de Diputados, hoy dominado por referentes alineados con el kirchnerismo.
Lo que comenzó como un malestar silencioso en las provincias terminó transformándose en un desafío abierto: si no hay cambios en la jefatura parlamentaria, varios legisladores estarían dispuestos a romper con la bancada, poniendo en riesgo la condición de primera minoría.
Desgaste y fractura latente
La estructura del bloque está encabezada por Germán Martínez, acompañado por Cecilia Moreau y Paula Penacca, todos dirigentes cercanos a Cristina Kirchner. Si bien lograron sostener la cohesión en tiempos turbulentos, la falta de un liderazgo común dentro del PJ profundizó las diferencias, sobre todo después del conflicto entre el kirchnerismo y el gobernador bonaerense Axel Kicillof.
En el interior del bloque conviven sectores cada vez más distantes: el kirchnerismo duro, diputados que responden directamente a mandatarios provinciales, legisladores “sin techo” y los representantes del Frente Renovador. Sin una narrativa unificadora, la discusión por la conducción se volvió inevitable.
El factor gobernadores
Los mandatarios provinciales del PJ consideran que la estrategia de oposición cerrada frente al Gobierno no refleja sus necesidades, especialmente en un contexto donde deben negociar obras, recursos y políticas específicas para sus territorios. Por eso exigen un liderazgo más federal, moderado y cercano a las provincias.
Algunos plantean que la única salida para retener a todos los sectores sería designar a un dirigente del interior con respaldo de los gobernadores y aval político del kirchnerismo. Otros, directamente, sugieren avanzar hacia un interbloque, aunque admiten que ese esquema podría debilitar la cohesión interna.
Señales de alarma
La renuncia del diputado electo Javier Noguera, que pasará al bloque Independencia por orden del gobernador tucumano Osvaldo Jaldo, encendió todas las alarmas. Unión por la Patria quedó con 97 escaños, apenas seis más que La Libertad Avanza, que viene ampliando su bancada con nuevas incorporaciones del bullrichismo y del radicalismo.
En el oficialismo observan con atención otro movimiento clave: el del gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, quien con cuatro votos propios podría desequilibrar el tablero. Su postura se mantiene en suspenso mientras negocia con el Gobierno nacional temas sensibles para su provincia.
Todo se define antes del 3 de diciembre
La previa a la sesión preparatoria en la que jurarán los nuevos diputados será decisiva para el futuro del bloque. Si la conducción no se recalibra, el peronismo podría enfrentar una diáspora que afecte su representación en comisiones y su peso negociador dentro del recinto.
En público, los dirigentes cercanos a Martínez aseguran que la situación está bajo control. En privado, admiten que se atraviesa el momento más delicado desde la conformación del espacio.
El peronismo, otra vez, al borde de una reconfiguración forzada por sus propias tensiones internas.
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