Rumbo al 3 por ciento
La escalada en los precios de los alimentos continúa sin mostrar signos de detenerse. Según el último informe de la consultora LCG, entre el 27 de marzo y el 2 de abril, los comestibles registraron un incremento semanal del 0,8%, lo que proyecta una suba mensual superior al 3%.
Este ritmo se alinea con las tendencias observadas en meses anteriores: el mismo organismo reportó un aumento del 3,7% en el sector durante las primeras cuatro semanas de marzo, mientras que el INDEC había situado en 3,2% la variación interanual de los alimentos en febrero.

Los productos panificados emergieron como el rubro más impactante en la última semana, con un alza del 2,7% a nivel nacional, aunque con picos del 12% en la provincia de Buenos Aires debido a ajustes tarifarios y costos de producción.
Le siguieron los lácteos y huevos, que incrementaron un 1,4%, impulsados por la estacionalidad y ajustes en la cadena de distribución.
En contraste, las carnes mostraron una leve desaceleración, aunque aún presentaron una suba del 0,7%, influenciada por la demanda sostenida y fluctuaciones en los precios internacionales.
En este contexto, los alimentos se perfilan nuevamente como uno de los factores clave en la inflación de marzo. Estimaciones preliminares de consultoras privadas, recogidas en el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), anticipan que la inflación general del mes se ubicaría en torno al 2,2%, cifra idéntica a la proyectada para enero de 2025 y 0,2 puntos porcentuales por encima de la registrada en febrero.
Este escenario refleja no solo las presiones estructurales en sectores sensibles como los alimentos, sino también el arrastre de variables como tarifas de servicios y combustibles.
Aunque las autoridades han implementado medidas para estabilizar precios, como acuerdos sectoriales y controles temporales, la dinámica inflacionaria sigue siendo un desafío central para la economía, con efectos directos en el poder adquisitivo de los hogares y en la planificación financiera de mediano plazo.