SOEVA TUNUYÁN, DEUDA Y MILITANCIA: EL SELLO KIRCHNERISTA EN LA CONDUCCIÓN DE BELÉN ANCHI

SOEVA TUNUYÁN, DEUDA Y MILITANCIA: EL SELLO KIRCHNERISTA EN LA CONDUCCIÓN DE BELÉN ANCHI

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Crece la polémica por la conducción kirchnerista y las finanzas de SOEVA Tunuyán.

El sindicalismo mendocino vuelve a estar bajo la lupa. La conducción de SOEVA Tunuyán,  (sindicato de obreros y empleados vitivinicolas a fines ) encabezada por su secretaria general Belén Anchi, enfrenta serios cuestionamientos por su falta de transparencia institucional y su vínculo con sectores políticos que, lejos de representar la renovación, reproducen las viejas prácticas del poder.

En una reciente publicación del portal La Otra Verdad, en una entrevista a Carolina Muñoz el gremio mantiene una deuda significativa que compromete su estabilidad financiera y pone en duda la administración de los recursos que pertenecen a los trabajadores vitivinícolas. A pesar de los reclamos internos, hasta el momento no se ha brindado un informe claro ni se han rendido cuentas públicas sobre el origen ni el destino de esos fondos.

La figura de Anchi no es nueva en los pasillos del poder. Su militancia activa en el kirchnerismo local y en la campaña presidencial de Sergio Massa dejó una marca que hoy pesa sobre su conducción. La línea política con la que se identifica ha tenido históricamente un fuerte arraigo en ciertos sectores sindicales, donde el compromiso con la causa partidaria suele prevalecer por encima de los intereses de los afiliados.

Belén Anchi junto al ex intendente de Tunuyán y diputado nacional Martin Aveiro.

En un contexto donde los trabajadores reclaman transparencia, democracia sindical y una conducción realmente representativa, resulta inadmisible que los gremios continúen funcionando como trincheras políticas o refugios de conveniencia. Las bases merecen saber cómo se administran sus aportes, quiénes se benefician y qué vínculos condicionan las decisiones que los afectan directamente.

SOEVA Tunuyán tiene una deuda pendiente, no solo económica, sino también moral. La recuperación de la credibilidad sindical depende de un acto simple pero poderoso: rendir cuentas con honestidad.


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