El Papa Francisco sigue hospitalizado en el Policlínico Agostino Gemelli de Roma después de sufrir una crisis respiratoria que encendió las alarmas sobre su estado de salud. Aunque ha mostrado una respuesta favorable al tratamiento, su pronóstico sigue siendo «reservado» debido a la complejidad de su cuadro clínico.
Según el comunicado más reciente emitido por la Oficina de Prensa del Vaticano, el papa pasó una noche tranquila y continúa descansando. El pontífice despertó, y se mostró lúcido, siempre «alerta y orientado».
Los médicos señalaron que el broncoespasmo sufrido por el papa provocó vómitos con inhalación, lo que agravó su cuadro respiratorio. Sin embargo, la intervención inmediata con ventilación mecánica no invasiva permitió mejorar la oxigenación, y actualmente los niveles de intercambio gaseoso han regresado a parámetros normales.
Aunque el Santo Padre ha mostrado una respuesta favorable al tratamiento, los especialistas estiman que se necesitarán entre 24 y 48 horas para evaluar si el episodio respiratorio ha tenido consecuencias adicionales en sus pulmones, especialmente debido a la posible aspiración de fluidos gástricos.
La crisis reciente es considerada distinta a la que sufrió el pasado 22 de febrero, lo que ha complicado la evolución de la bronquitis con infección polimicrobiana y neumonía bilateral que lo mantiene hospitalizado desde el 14 de febrero.
Pese a la complejidad del cuadro clínico, las autoridades vaticanas destacaron que el papa permanece consciente, orientado y cooperando con los procedimientos terapéuticos. Su capacidad de colaborar con las maniobras médicas es una señal alentadora dentro del delicado proceso de recuperación.
Publicidad
