EDITORIAL | OPINIÓN
EL ASADO ESTA CALIENTE, PERO FRIO LOS PAPELES DEL SINDICATO DE ANCHI
Editorial Don Personería: Señora sin Gremio Redacción Diario Digital CM24HORAS ✍️
En tiempos donde la representación sindical debería ser un faro de lucha y dignidad para los trabajadores, el caso del sindicato SOEVA Tunuyán desnuda una cruda realidad: el oportunismo y la falta de gestión real están dejando a los obreros vitivinícolas sin respaldo, sin voz y, sobre todo, sin derechos.
Lo primero que llama la atención es lo flojo de papeles que tiene hoy el sindicato que conduce Belén Anchi. A la fecha, SOEVA Tunuyán no cuenta con personería gremial, una situación jurídica que debilita cualquier negociación colectiva, ya que sin ese reconocimiento, no puede representar legalmente a los trabajadores en paritarias. Entonces, ¿qué representa realmente SOEVA Tunuyán hoy? ¿A los trabajadores, o los intereses personales de su cúpula?
Belén Anchi no es una dirigente recién llegada. Fue paritarista, vicepresidenta de la OSPAV, y formó parte durante años de la dirigencia nacional de FOEVA, la histórica Federación de los trabajadores vitivinícolas. En todo ese tiempo, ¿qué conquistas sindicales obtuvo para los compañeros y compañeras del sector? Lo que sí pudo demostrar este medio es que crecieron sus cuentas bancarias y su patrimonio personal. Resulta difícil creer que haya sido una mera coincidencia.
En paralelo, otro personaje que merece ser mencionado es Fabián Postizzi, secretario general de SOEVA Godoy Cruz y ex secretario de Vivienda de FOEVA. Durante su gestión no se construyó ni una sola vivienda para los trabajadores. ¿No era esa su responsabilidad? ¿Qué hizo con ese cargo clave más allá de adornar su currículum sindical?
Lo que más preocupa ahora es que, impulsados por estas mismas conducciones, los trabajadores están siendo empujados a desafiliarse de FOEVA. ¿Y qué implica esto? Nada menos que la pérdida de beneficios históricos, como:
- Representación real en paritarias a nivel nacional
- Acceso a la cobertura solidaria y federal de OSPAV
- Protección gremial ante despidos y abusos patronales
- Participación en programas de capacitación, turismo y salud
¿Por qué entonces se busca romper con la Federación? La verdad es simple: estas rupturas no nacen del interés por mejorar la vida de los trabajadores. Nacen del enojo de estos secretarios generales porque no recibieron cargos dentro de la renovación de la estructura nacional de FOEVA. Una decisión impulsada por la ambición y el ego, disfrazada de autonomía sindical y en discursos de salarios dignos para los trabajadores.
Y como si esto no fuera suficiente, se suman a este armado los llamados «delegados autoconvocados», conocidos en el llano como los ensobrados. Delegados que, según denuncias internas, reciben dinero a cambio de favores. Delegados del sobre, no del pueblo trabajador.
Frente a esta situación, la pregunta clave es:
¿Dónde quedan los trabajadores? ¿Quién los defiende realmente?
Los dirigentes que deberían pelear por salarios dignos, vivienda y condiciones laborales están más ocupados en las internas de poder y en consolidar sus beneficios personales.
DEL SINDICATO A LA PARRILLA: GESTIÓN CERO, MORFI CIEN
Dicen que el sindicalismo es una herramienta de transformación, pero en manos de Anchi y Postizzi se volvió una parrilla portátil. Estos secretarios generales han hecho historia: no construyeron viviendas, no defendieron salarios, no firmaron convenios… pero ¡qué asados se clavan! Acompañados por los infalibles delegados autoconvocados, esos próceres del sobre que no representan a nadie pero aparecen en las redes sociales con cara de “yo sí cobré”, han logrado convertir el sindicato en un club social de beneficios personales. En vez de banderas de lucha, levantan tenedores. Y en vez de asambleas, organizan almuerzos. Gestión cero, morfi cien.
Son una especie de trilogía del olvido sindical: Anchi promete, Postizzi acompaña y el resto mastica. Mientras tanto, los derechos laborales siguen en lista de espera… detrás del chinchulín.
Hoy más que nunca, hace falta recuperar el sentido profundo del sindicalismo: la unidad, la representación colectiva, y la dignidad del trabajador como bandera irrenunciable.
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