Un vigilador privado, Alberto Carlos Garro, falleció en una garita mientras cumplía su labor en el barrio El Prado, Rodeo de la Cruz, Guaymallén. Según su familia, Garro había trabajado 78 horas seguidas sin descanso, ya que su relevo nunca se presentó. Fue encontrado en la garita y se pensó que estaba dormido, pero lamentablemente había fallecido.
El hecho ocurrió el 27 de diciembre, la familia de Garro asegura que ni los propietarios del lugar que vigilaba ni la empresa de seguridad se han hecho cargo de lo sucedido. Además, critican a la Unión Personal de Seguridad República Argentina (UPSRA) y la Cámara Argentina de Empresas de Seguridad e Investigación (CAESI) por estar desvinculadas de la realidad de los vigiladores.
Esta tragedia reabre el debate sobre las condiciones laborales de los guardias de seguridad, quienes a menudo enfrentan jornadas extenuantes y condiciones de trabajo precarias. La Asociación Sur de Trabajadores de la Seguridad Privada ha expresado su pesar y repudio por la muerte de Garro y ha denunciado irregularidades en las condiciones laborales de la empresa para la que trabajaba .